miércoles, 5 de enero de 2022

La Maldición Sobre la Creación - John Macarthur

 



Hemos Visto Quién es Jesús, y su importancia sobre el destino de nuestras vidas, y hemos visto también como el hombre desechó la ley de Dios para ser guiados bajo su propia elección de lo bueno y lo malo. Hoy adentrándonos un poco más, daremos paso a lo que causó la desobediencia de Adán y Eva, ya que su falta no solo les afecto a ellos sino a todas las generaciones y a la tierra en su totalidad. Después de que Dios le hace entender al hombre y mujer su falta, y los encara y les pide explicación por lo acontecido, no le queda otra opción más que sentenciar dicho acto, pues él mismo dijo que si probaban ese fruto morirían.


Génesis 3:13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Recordamos que Adán le dice primero “la mujer que tú me diste me hizo pecar” pasando la culpa a Eva e indirectamente a Dios como muchos hombres hoy en la tierra culpan a Dios de todo lo malo que acontece. Pero Eva dice la serpiente me engañó y comí, pues también es muy fácil culpar al diablo por nuestros tropiezos, es que el diablo mete la cola, que el diablo aquí, que el diablo allá, a veces le damos tanto poder al diablo casi el mismo que a Dios, pensando que él es omnisciente, omnipresente y omnipotente. Sin duda es más fácil culpar a otros que meditar en nuestras vidas y reconocer que realmente la mayor de la culpa o tal vez toda la culpa es nuestra. Pero cuando logramos entender esto logramos llegar a asentar una muy buena base para la verdadera humildad. No quiero decir con esto que el diablo no busca formas de hacernos caer, estamos en constante lucha, pero hoy estamos del lado vencedor, por lo tanto eso debería contar para algo. ¿O no?

Pero no es que Dios dice a Adán y Eva, “que me importa a mí la serpiente son ustedes los que desobedecieron” al contrario de forma inmediata Dice en el versículo 14 Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. A pesar que toda la creación fue maldecida, la maldición de la serpiente fue muestra de lo más repugnante y bajo, que hasta hoy están marcadas y son evitadas. Pero esa es la marca sobre la serpiente que nosotros conocemos pues dice más adelante en el versículo 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Ahora pasamos de la serpiente física como un animal que se arrastra a la serpiente espiritual, pues tal vez la serpiente que fue maldita no fue el mismo diablo, pues toda bestia puesta sobre la tierra fue por orden de Dios, si no que el diablo usó esa forma y hoy es símbolo de lo que él representa. Pero ahora el Señor proclama sobre la serpiente que es diablo, el mentiroso y engañador.

Y dice que habrá enemistad entre la simiente del diablo y la simiente de la mujer, según Juan 8: 44 dice que el hombre natural, sin Dios es hijo del diablo y por eso los deseos del diablo predominan en él, y la simiente de la mujer sería Cristo y todos los que en han nacido como hijos de Dios. Y el diablo herirá a Cristo en  el calcañar, más conocida como el talón. Si bien Cristo tendría mucho sufrimiento, dolor y angustia en su caminar no se compara a que Dios dice que la simiente de la mujer herirá al diablo en la cabeza, si alguien es herido en el talón tal vez se le complique el caminar, pero aquel que es destruido desde su cabeza, queda completamente destruido. Vemos cómo en medio del mensaje de maldición alumbra el mensaje de esperanza, pero además como decía más arriba, nosotros también somos simiente a través del nuevo nacimiento, y somos participes en este aplastamiento del diablo, Pablo nos lo recuerda en Romanos 16:20 donde nos dice que Dios aplastará a Satanás bajo nuestros pies. Pero sin duda nada de esto es posible si sacamos a Jesús del contexto. Pues dice en 1 de Juan 3:8 B Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Este versículo comienza diciendo que el que practica el pecado e hijo del diablo, por lo que sería muy bueno tener un claro concepto de lo que significa pecado. ¿Qué es pecado?.

La terminología nos dice que proviene del hebreo jataah que quiere decir pecado o culpa, pero esta a su vez deriva de la raíz jatá que es errar, por lo tanto se utilizaba como referencia a perder el camino o no dar en el blanco y sin duda podemos buscar un sinfín de explicaciones de lo que es pecado pero nos centraremos en esos dos ejemplos, Cristo dijo que él es el camino, y la palabra nos dice en innumerables ocasiones de proseguir a la meta, los ojos puestos en cristo, no perdamos de vista nuestra salvación, entonces cualquier cosa que nos aleje de esto es pecado, podemos excusarnos todo lo que queramos, pero si nos aparta del camino que es Cristo, si nos lleva a poner nuestra mirada en otro que no sea Cristo estamos pecando. Por eso aun los más buenos hombres y mujeres que están en el mundo sin Cristo, son pecadores. Pero para esto apareció, Cristo, para libertarnos del pecado, de las obras del diablo, de lo que el diablo posee y maneja en este mundo, sus hijos los siguen pero aquellos llamados por Dios no se gozan en sus obras, pues ya en nuestras vidas Cristo las ha destruido. Y como es que todo esto iba a acontecer, pues nos dice en Gálatas 4:4 que cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Cuando vino el cumplimiento del tiempo… ¿Qué tiempo? Pues el tiempo de Dios, debemos tener en cuenta que Dios es soberano y eterno y el tiempo no existe para él, por eso dice Pedro que fuimos escogidos conforme a la presciencia de Dios, o sea conforme a su previo conocimiento, no significa que Dios simplemente conoce el futuro y sabe quién va ser salvo, significa que sabe a quién ha escogido y por qué lo ha escogido. (Esto lo veremos en próximos estudios). Pero sabemos que Dios tiene un tiempo, y cuando ese tiempo llegó Jesús vino al mundo, nacido de mujer, y nacido bajo la ley, si recordamos el primer capítulo Jesús es plenamente humano y plenamente Dios, y como todos los hombres Jesús tenía la obligación de cumplir la ley de Dios y mantuvo obediencia perfecta a Dios en todo, pues solo llevando el toda la ley podía redimirnos, la palabra redimir significa comprar viene del griego exagorazo y se usaba comúnmente cuando alguien compraba a un esclavo y lo dejaba en libertad, así pues solo siendo librados de la ley y por consiguiente de la condenación pudimos acercarnos para ser adoptados hijos de Dios. Pues según Romanos 8:2 la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Ahora volvemos a Génesis 3:16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Preñeces y dolor, es el constante recordatorio de que una mujer dio a luz al pecado en la raza humana y que lo transmite a todos sus hijos, por eso dice la palabra que puede encontrar gozo y consuelo educando hijos piadosos. Y además así también queda plasmado el señorío del hombre sobre la mujer, no debemos confundir y decir que Dios quiere que el hombre sea gobernador de la mujer, más bien demuestra el castigo para ella misma, y vemos como en los matrimonios o parejas ha surgido por los años, en fuertes discusiones de identidad matrimonial, por eso el único que puedo lograr traer la paz es Dios. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Al seguir el hombre los deseos de su mujer en vez de la voluntad de Dios también fue merecedor de castigo, pues así como la mujer no cumplió su rol de ayuda sino que quiso ser la guía, el hombre dejó su rol de guía y se dejó llevar para complacer a su mujer, ambos roles fueron invertidos. Dios también maldice el trabajo del hombre, aunque no niega su abundancia será con trabajo que esta le dará de comer por el resto de sus días. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.  Así pues será hasta el día en que mueras, pues del polvo fuiste tomado y ahí mismo donde un día empezaste terminas, y así dice en Romanos 8:20 que la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza y así dice también en Eclesiastés 1:2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. Vanidad se refiere a la incapacidad de alcanzar una meta o propósito, a causa del pecado del hombre Dios sometió a maldición el universo y ahora ninguna parte de la creación cumple a plenitud el propósito original de Dios. Romanos 8:22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. Y así como la mujer fue sentenciada a dolores en su preñeces, así mismo la tierra sufre dolores de parto, hasta el día que los hijos de Dios estén listos a dejar este mundo, por eso debemos entender en verdad que este cuerpo no es nada, solo un envoltorio a algo mucho más grande, pero es difícil para el hombre entender pues dice en Salmos 144:4 Que el hombre es semejante a la vanidad; Sus días son como la sombra que pasa. El hombre no entiende que no es este cuerpo y esta vida la que debe atesorar pues dice Eclesiastés 3:20 Que todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo. Y que será entonces cuando ese día llegue al fin, Salmo 90:10 Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. Es pues simplemente esa la vida que Dios nos ha preparado, setenta años y luego la muerte, pues no, porque esos días pronto pasan y luego volamos a la presencia de nuestro señor y salvador. Lo que también nos confirma en Eclesiastés 12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio Jehová dio, Jehová quito.  

    Volvemos a Génesis 3:20 Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. 21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Las primeras muertes físicas debían ser las de Adán y Eva, ellos sabían que si comían el fruto debían morir, pero sin embargo fue un animal quien dio su vida para cubrir su desnudez, dando una sombra de lo que vendría un día cuando el mismo hijo de Dios diera su vida tomando el lugar de la humanidad, 22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. 23 Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. En semejanza de Dios, no en su santidad sino en conocimiento, tampoco en plenitud, más bien algo distorsionado, pues ahora habían despertado en el hombre todas las emociones y deseos, deseos que no pueden gobernar, ahora cuán grande sería el mal si además de quedar en condición caída y en pecado, además el hombre viviera para siempre en esa condición, sería sin duda algo horrible. Así que dice el versiculo 24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. Desde ese momento el lugar santísimo le quedó vedado al hombre, esto también quedó representado en el tabernáculo, pero esto solo permaneció así hasta que Cristo vino a romper toda maldición, y nos abrió las puertas al lugar santísimo de vuelta a casa, de vuelta a Dios. Así pues hoy entendemos que la creación esta maldita, toda la tierra en su plenitud, pero como somos ahora hijos de Dios, él nos ha puesto para bendiciones, por eso donde vamos y donde se posa la planta de nuestros pies es bendición en medio de un mundo bajo maldición.


Te invito a que leas el siguiente resumen:

    Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Que cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,  para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. La creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. Que el hombre es semejante a la vanidad; Sus días son como la sombra que pasa. Que todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo. Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. 


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