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viernes, 27 de diciembre de 2024

Yo Estoy con Vosotros - Mateo 28:20


 La soledad y el vacío son sentimientos comunes en el ser humano. En ocasiones, aun aquellos que han creído en Cristo se encuentran luchando con estos estados emocionales, cuestionándose si realmente Dios está presente en sus vidas. Mateo 28:20 nos ofrece una promesa firme y constante de Jesús: Su presencia eterna. Esta verdad no solo consuela, sino que transforma nuestra manera de enfrentar los desafíos de la vida.

"Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí, 
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
— Mateo 28:20 (RVR1960)

En el contexto de Mateo 28:20, Jesús está dando el mandato de la Gran Comisión. Está enviando a sus discípulos al mundo para predicar el evangelio, pero no los deja solos. Les asegura que Su presencia estará con ellos todos los días, sin importar las circunstancias o los desafíos.

Esta promesa es tan relevante para nosotros hoy como lo fue para los discípulos. Jesús no promete que nuestras vidas estarán libres de dificultades, sino que Su presencia será constante en medio de ellas. Este consuelo no se basa en nuestras emociones, sino en la fidelidad de Dios.

El vacío y la soledad a menudo provienen de buscar sentido en cosas temporales o de olvidar quiénes somos en Cristo. La teología bíblica nos enseña que fuimos creados para glorificar a Dios y encontrar plenitud en Él. Cuando nuestra mirada está puesta en las promesas eternas de Dios y no en las circunstancias terrenales, podemos experimentar paz y gozo verdadero.

Aplicación Práctica 

Hoy, reflexiona sobre la fidelidad de Dios en tu vida. ¿Cuántas veces has sentido que estabas solo, pero al mirar atrás, reconoces que Él estuvo contigo? Permite que la Palabra de Dios sea tu ancla en momentos de soledad y vacío. Memoriza esta promesa de Mateo 28:20 y recuérdala cada vez que enfrentes dificultades.

Toma tiempo para evaluar si has estado buscando plenitud en cosas que no pueden satisfacer. En oración, entrega esas áreas a Dios y pídele que te ayude a descansar en Su presencia.

Oración

Señor, gracias porque en medio de mi soledad y vacío, Tu promesa de estar conmigo nunca cambia. Perdóname por las veces que he dudado de Tu fidelidad o he buscado plenitud fuera de Ti. Ayúdame a recordar cada día que no estoy solo, que Tu presencia es constante y suficiente. Dame la fe para confiar en Tu promesa y la gracia para vivir conforme a Tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 21 de noviembre de 2024

Frutos Dignos del Evangelio - Mateo 3:8


 El arrepentimiento es mucho más que un sentimiento pasajero de culpa o tristeza. Es un cambio radical que transforma nuestra manera de pensar, sentir y actuar. En Mateo 3:8, Juan el Bautista nos llama a examinar si nuestras vidas están produciendo los frutos que corresponden a un corazón verdaderamente arrepentido.

"Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento."
(Mateo 3:8, RVR1960)

Reflexión

El mensaje de Juan el Bautista era claro: el arrepentimiento no es solo una confesión verbal, sino una evidencia viva de la obra de Dios en el corazón. El "fruto digno" no es algo que producimos por nosotros mismos; es el resultado natural de la gracia divina operando en nuestra vida. Cuando el Espíritu Santo nos convence de pecado, nos lleva a buscar una relación renovada con Dios, lo cual inevitablemente se refleja en nuestras acciones.

Así como un árbol bueno da frutos buenos, una vida transformada por el poder del evangelio dará señales visibles de esa transformación. Esto no significa que seremos perfectos, pero sí implica que habrá una lucha constante contra el pecado, un deseo creciente de obedecer a Dios y un amor práctico hacia los demás.

Preguntémonos: ¿Estamos produciendo frutos dignos del arrepentimiento? ¿Nuestras palabras, actitudes y decisiones reflejan la gracia que hemos recibido? Recordemos que, aunque la salvación es por gracia, esta gracia no nos deja igual. Nos impulsa a vivir para la gloria de Dios.

Aplicación Práctica

  1. Examinemos nuestro corazón: Pidámosle al Señor que nos revele áreas donde nuestro arrepentimiento no ha sido sincero o completo.
  2. Vivamos en obediencia diaria: Permitamos que el evangelio transforme no solo nuestra fe, sino también nuestras obras. Consideremos cómo podemos demostrar más amor, paciencia y justicia en nuestras relaciones.
  3. Dependamos de la gracia: Aunque somos llamados a dar fruto, recordemos que este fruto no proviene de nosotros, sino de permanecer en Cristo, quien nos fortalece y capacita.

Oración

Señor, gracias por tu gracia que transforma nuestras vidas. Perdónanos cuando nuestro arrepentimiento ha sido superficial y nuestras acciones no han reflejado tu obra en nosotros. Enséñanos a vivir de manera que nuestras vidas produzcan frutos dignos de arrepentimiento, para que otros puedan ver tu gloria en nosotros. Haznos árboles firmes y saludables que den testimonio de tu amor y poder. En el nombre de Jesús, amén.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Bienaventurados en la Adversidad - Mateo 5:11-12


 El Señor Jesús, en Su Sermón del Monte, dejó claro que el seguimiento fiel de Su camino trae consigo la incomodidad del mundo. Los creyentes son llamados no solo a vivir en la verdad, sino a regocijarse cuando esa misma verdad provoca rechazo y oposición. Los puritanos, con su devoción profunda y su celo por la santidad, entendían bien que la verdadera fidelidad a Cristo implicaba sacrificio y pruebas. Ser despreciado o perseguido por causa de la justicia es, paradójicamente, una señal de bendición y favor divino.

“Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”
— Mateo 5:11-12 (RVR60)

Reflexión y aplicación práctica:
John Bunyan, el autor de El progreso del peregrino, escribió su obra maestra desde una celda de prisión, comprendiendo que la persecución era una evidencia de su fidelidad a Dios. Hoy, somos invitados a tener la misma perspectiva. Cuando seamos menospreciados por mantenernos firmes en las enseñanzas de Cristo, debemos recordar que estamos siendo partícipes del gozo celestial. La oposición de los hombres es, de hecho, un testimonio de que la luz de Cristo en nosotros ha llegado a perturbar la oscuridad de este mundo.

Cuando sientas el peso de la crítica o la burla, detente y contempla que estás caminando la senda de los profetas y mártires. No es tiempo de ceder al temor ni de buscar la aprobación del mundo, sino de levantar la mirada y encontrar gozo en el favor y la compañía de Aquel que ha prometido nunca dejarnos ni desampararnos.

Oración:
Dios Todopoderoso, te agradezco por la gracia de poder seguirte aun en medio de la oposición. Dame la fortaleza de mantenerme firme y el gozo de recordar que todo el cielo me respalda cuando soy rechazado por Tu nombre. Ayúdame a responder con un corazón humilde, confiando en que mi recompensa está en Ti y no en los hombres. Hazme fiel como los santos que han caminado antes que yo. Amén.

Yo Estoy con Vosotros - Mateo 28:20

  La soledad y el vacío son sentimientos comunes en el ser humano. En ocasiones, aun aquellos que han creído en Cristo se encuentran luchand...